ALICE IN WONDERLAND

Fue entonces cuando el Conejo sacó un reloj de bolsillo de su chaleco para consultar la hora, antes de echar a correr de nuevo, y sólo entonces se dio cuenta la niña de que nunca en su vida había visto un Conejo con chaleco, ni mucho menos, con reloj de bolsillo. Alicia se levantó de un brinco, y muerta de curiosidad, corrió por la pradera hacía el lugar donde se encontraba el Conejo. Y llegó justo a tiempo para verle desaparecer por una gran madriguera que se abría al pie de un seto.
Y no tardó Alicia en seguirlo, sin pararse a pensar cómo se las arreglaría para salir de allí.

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