Goodbye fucking 2011. Hello beautiful 2012.

Cuántas cosas cambiaron éste año.
Sufrí como nunca antes.
Sé que nada pasa en vano.
Aprendí a valerme por mi misma, aprendí que no necesito a nadie para hacer y deshacer mi parecer. Que nadie decide por mi, más que yo misma.
Sé perfectamente que me hace mal y que me hace bien.
Entendí que me merezco y que no, y que para merecer cosas buenas, tenemos que dar cosas buenas.
Conocí a personas increíbles, que me completaron y me ayudaron a sacar lo que tenía adentro.
Lo que no me sirve, lo descarto. Lo que me sirve, lo tomo.
Todos me enseñan algo todos los días. Aprendí a aprender todo lo que me pasa y de cada persona con la que aunque sea cruce una palabra.
Veo las cosas de otra manera.
Miles de miedos absurdos ya no encuentran sentido en mí.
No me exijo en cosas que antes me exigía, aún así tengo claro hasta donde soy capaz de llegar y cuan alto es.
Me siento una persona distinta de la que era el año anterior.
Estoy orgullosa de lo que aprendí, del dolor que logré atravesar (uno del que en algún momento creí, que no iba a sobrevivir), y en lo que me convertí.
Hoy soy más consciente que nunca de que la vida es lo que nosotros elijamos ver, hacer, tener, perder, pensar, dar, recibir.
Todo depende de como se mire.

No hay comentarios:

Publicar un comentario